- No hay tal calva como la que está sin pedrada.
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Aconseja no mostrar los puntos débiles que se tengan, en evitación de que sean atacados. Como le sucedió al poeta Esquilo, que mostraba sin temor su incólume y tentadora calva, y un águila, creyéndola peñasco, dejó caer sobre ella la tortuga que le mató.
Diccionario de dichos y refranes. 2000.